Los inventos del MoMA

Os presento un modelo de pila fabricada con los jugos gástricos de una persona recién fallecida, que se puede usar para alimentar cualquier aparato electrónico que se quiera asociar con el difunto, desde una lámpara que ilumine su tumba hasta un vibrador que… en fin, ya veis, todo un mundo de posibilidades. (Son los usos propuestos en la página web, no me llaméis degenerado.) ¡Ah! y se le puede inscribir un epitafio. Se trata (todavía) de un prototipo, con plano incluido, digno del profesor Franz de Copenhague (o del doctor Frankenstein de Ginebra).  Esta exposición de diseños digamos innovadores y el precio del dólar se suman a las ya abundantes razones por las que apetece mucho ir a Nueva York. Por lo de pronto, en la web casi se puede quedar uno a vivir. La descubrí en Microsiervos (dónde si no).